viernes, 24 de diciembre de 2010

El famoso término «spa»


El término inglés spa significa 'balneario' y procede de la ciudad belga de ese nombre (Spa), conocida por sus baños desde la época romana. Y la teoría más difundida, aunque falsa (se trata de una etimología popular), sobre el origen de ese topónimo es que proviene de las siglas de las expresiones latinas salus per aquam o sanitas per aquam.

A partir del siglo XVII, el término comienza a generalizarse como nombre común para fuente termal o establecimiento balneario en inglés (de ahí que se piense erróneamente que su origen deriva de una palabra inglesa), para extenderse más adelante a otras lenguas.

Una de las razones por las que el término spa se ha extendido es que un balneario es un establecimiento sanitario que reúne ciertas condiciones legales, lo que impide usar esa palabra —balneario― en otros tipos de centros.
Otras palabras como baños, termas y caldas pueden servir como sustitutas, aunque no siempre se ajustan a la naturaleza de los establecimientos conocidos como spa.

Ante la necesidad de emplear un término diferenciado y para evitar el anglicismo crudo de spa, algunos proponen que, siempre que sea posible, se traduzca por balneario, baños, termas o caldas, y cuando no sirva ninguna de esas palabras, se propone adoptar el término inglés castellanizado como espá (con plural espás), tal y como se viene haciendo en nuestra lengua con casos parecidos: scanner = escáner (escáneres), standard = estándar (estándares), scooter = escúter (escúteres), slogan = eslogan (eslóganes), etc. Su género es masculino: el espá, los espás.

No obstante, dado el rápido proceso de inclusión del término en la sociedad española y, por ende, en la lengua española, otra postura, siguiendo a Mourelle Mosqueira (2007), es la de dejar el término tal cual, como se ha venido haciendo en todos los países, es decir, simplemente «spa».


Fuentes:
Fundéu BBVA
PuntoyComa nº 120

miércoles, 22 de diciembre de 2010

Año Nuevo al pie del Misti (reprise)

Ya se avecina el nuevo año y todos corren por las calles, algunos aún buscan en los mercadillos y claro, otros en la nueva Saga Falabella —la sensación de la ciudad, la ropa interior de color amarillo para usarla o para darla de regalo a algún ser querido, pudiendo este ser un amigo, una amiga, una esposa, o el esposo que tiene vergüenza de ir a comprar la famosa prenda; como manda la costumbre, para recibir el nuevo año que está por llegar. No será sorpresa para cualquier forastero que viene a pasar las fiestas en la ciudad,  se depare con un calzón amarillo en su afán de conocer el encanto de las bellas chacareras.
Doña Zoila ya está preparando el azafate con la pierna de chancho acompañada de papas y camotes, así como la rica ensalada de manzana verde y apio, receta que se la dio doña Emperatriz.

¡Qué ricura! ¡A ver si me guardan un poco, pasaré después de las doce! — grita Jorgito, desde la calle.

Aquí va la receta de Doña Emperatriz que se la pasa a todas las vecinas y que hasta en los trópicos brasileños causa sensación:

Ensalada de Apio
- Apio
- Manzana verde
- Pasas negras
- Limón
- Mayonesa

Remoje las pasas en una taza de agua, también puede ser  en vino dulce. Escúrralas y séquelas.
Pique el apio y póngalo en agua fría por 1/2 hora. Escúrralo.
Pele y pique la manzana en cuadritos. Échele un poco de zumo de limón para que no se ponga oscura.
Junte todo con la mayonesa. Añada sal a gusto, también puede añadir pimienta negra al gusto.

Cuando doña Zoila termina; Dany le dice que irá a la Feria del Altiplano a comprar las flores amarillas y los racimos de trigo para adornar la mesa.

- Hija, no te olvides de comprar un racimo de flores del campo para el baño de más tarde – le dice Zoila.

- Está bien, mamá.

Las hijas de doña Charo igualmente se preparan para el año nuevo, limpiando la casa y juntando la ropa vieja para quemarla a la noche en la frentera de la casa como los demás vecinos. Del mismo modo, ya dejaron la maletita a la mano, para empezar a correr con ella e ir a dar la famosa vuelta a la manzana, como lo hace la mayoría, sí, es una costumbre antigua, dicen que es para que se viaje todo el año. Sea verdad o una superstición más del pueblo, hace algunos años corrí toda la vuelta a la manzana y ese mismo año, partí hacia el otro lado del continente.

Después de que Nelva, Luz y Beatriz terminaron de limpiar la casa, colocaron un limón en cada esquina de la casa, limones que botarán a la basura en la mañana del próximo año.

Carlos que viene del valle a pasar las fiestas a la ciudad, trayendo el vino añejo de la cosecha anterior y claro, no dejó de guardar en sus bolsillos las pequeñas alforjas con arroz, trigo y lenteja, para que el nuevo año sea próspero y abundante.

Lizeth le dice a su madre que no se olvide de las uvas, a la medianoche, ambas deberán comer doce uvas, una por cada mes y pedir un deseo por cada uva.

Es así como en la bella Ciudad Blanca a las faldas del Misti, el cual se verá iluminado por las luces de cohetes, castillos y otros fuegos artificiales que serán reventados a la medianoche, se despide un año más, con la esperanza de un año mejor y siguiendo las costumbres chacareras.