Pues sí, «camisinha» significa preservativo, condón, jebe, goma, en portugués; pero yo me refería a la linda camisa que había recibido de regalo el día que llegué a Brasil.
A pesar que había terminado mi curso intensivo de portugués antes de venir a Brasil, todo me sonaba muy raro, los acentos, etc. Lo que uno aprende en la academia de idiomas es una cosa, pero otra muy diferente es el día a día en un país de habla diferente a la nuestra.
Me sucedieron tantas cosas que no me las explicaba ya que eran de lo más inusitadas. La lengua portuguesa me encantó desde el primer momento de contacto y había sido un muchacho aplicado en el curso, además de eso, siempre recibía material de apoyo de una amiga brasileña, vía correo; pero cómo hacerle cuando yo había aprendido un perfecto «Como você está?» cuando al encontrarme con amistades del nuevo país me salían con un «Comocetá?» o un «Cetábem?». Parece gracioso y después de 11 años, es un cague de risa, pero en aquella época no lo era y hasta llego a ser un tanto frustrante porque todita la gramática me la había estudiado y en ese momento, parecía que no me servía de nada. Muchas veces la pronunciación de la lengua portuguesa es muy diferente de la escritura, por ejemplo si en español escribimos papel, en portugués también, sólo que en portugués se lee «papeu». Yo había aprendido el portugués con un método de enseñanza de Portugal y había trabajado mucho con el pronombre «tu» que hasta me resultaba más fácil por su semejanza con el español, pero en São Paulo, casi nunca se usa el «tu» y sí, «você».
Las aventuras fueron de lo más ridículas y graciosas; recuerdo el día que antes de empezar las clases decidí agarrar el periódico —específicamente los clasificados— en busca de un empleo temporal y había un anuncio que decía: «precisa-se de gançons e garçonetes», era cerca de casa y no era una mala idea la experiencia. Decidí llamar por teléfono y candidatearme a la vacante del «garçom»*, pero fue demasiado tarde porque la vacante ya había sido tomada, entonces le dije «senhorinha»**, imagínense ya cara de la tipa al otro lado del teléfono: «restam vagas para garçonete?»***. Fue mortal.
*garçom: mozo, camarero.
** senhorinha: señora de muy avanzada edad o muy humilde.
*** garçonete: femenino de mozo, camarero.
Claro que ya hace mucho tiempo de todo esto y hoy puedo considerar el portugués mi segunda lengua, la que siempre me encantó y sedujo, la que puedo decir que domino, uso, estudio y hace parte de mis lenguas de trabajo.
Por eso, si aprendes una lengua extranjera porque te gusta, porque es importante para tu currículo, porque es necesario para desempeñar tu trabajo.... recuerda que además de un exhaustivo estudio de la gramática, de la práctica oral y auditiva, merece mucho la pena la experiencia de un intercambio porque además de ser una experiencia sin igual para aprender una lengua, también es una experiencia cultural enriquecedora.