Hoy en día es necesario tener habilidades esenciales para estar al frente de un proyecto de traducción. Conoceremos estas habilidades y las declaraciones de colegas que ya las ponen en práctica y han comprobado que perfeccionarse es una necesidad para sobresalir en el mercado.
Como sabemos, lo único que nos lleva a la excelencia es la educación. Ser traductor profesional es una tarea que debemos llevar adelante con mucha seriedad, para establecer parámetros de calidad y hacer un excelente trabajo de traducción.
Los seis puntos importantes para destacarse en el mercado y responder al nuevo perfil de traductor demandado en el mercado se ilustran a continuación con las declaraciones de colegas experimentados. Todos ellos, de diferentes partes del mundo, nos contarán lo importante que es el perfeccionamiento en la práctica.
Para promover el aprendizaje de nuevos conocimientos es fundamental que desarrollemos un análisis permanente sobre nuestra trayectoria profesional, darnos cuenta de las fallas, saber lo que aún nos falta aprender y asumir el desafío de ser cada día mejores traductores.
En la actualidad, no es posible desempeñar nuestro trabajo sólo con el conocimiento que aprendimos al inicio de carrera, ni con el simple hecho de dominar perfectamente una lengua de origen y otra de meta o pensar que la tecnología es algo sólo para los especialistas. Trabajar sin intercambiar experiencias con los colegas e ignorar las novedades del mercado son prácticas condenadas por los especialistas cuando se piensa en el traductor del futuro. La profesión es vieja, pero los tiempos cambian...
Planificar y evaluar constantemente nuestro trabajo es algo esencial en la rutina de todo buen profesional.
Esta nueva configuración del perfil profesional del traductor es producto de las demandas del mercado actual. Antes pensábamos que la principal función del traductor era traducir perfectamente un texto de una lengua a otra, pero vemos que también se requiere una postura y ésta debe ser una postura activa de reflexión, autoevaluación y estudio constante.
Tener buena formación
Tanto a los correctores de estilo como a los traductores se les exigen importantes conocimientos lingüísticos y mucha cultura general; sin embargo, es poco lo que se advierte acerca de la capacidad lectora que cada uno debe dominar. Es bien sabido que un error en la comprensión de una palabra o expresión afectará notablemente el desempeño de ambos profesionales: en el primero, «corregir» donde no hay error; en el segundo, «traducir» una malainterpretación a otra lengua.
La lectura de palabras arcaicas o de uso poco frecuente en el idioma suele ser un problema. Un caso interesante es la palabra «inconcuso», que según el DRAE significa: «Firme, sin duda ni contradicción». Si tanto un corrector como un traductor poco atentos creen que la palabra posee un error y que debería ser «inconcluso», se estará cambiando radicalmente de significado y, por tanto, se distorsionará el mensaje. Para muestra, este fragmento: «En medio de la cruel falta de datos históricos fehacientes de que se dispone para el estudio de los orígenes de la filosofía de Platón y Aristóteles, hay, sin embargo, un hecho inconcuso, a saber: que dicha filosofía está vinculada, en sus orígenes, a la obra de Sócrates (...)” (Xavier Zubiri, Naturaleza, historia, Dios, 1932-1944). Si en esta cita cambiamos «inconcuso» por «inconcluso», va a resultar que es un hecho «inacabado» la vinculación de la filosofía de Platón y Aristóteles con la de Sócrates. ¡Grave error!
En síntesis, la norma de todo corrector y traductor es ser altamente cuidadoso en su lectura. Ninguno de los dos puede fiarse demasiado de su conocimiento del mundo, lo cual los obliga a investigar en los diccionarios y enciclopedias cada vez que se topen con palabras o frases aparentemente extrañas. Ser conscientes de esto evitará perder prestigio profesional y ganar lectores enfadados.
Ricardo Tavares, corrector de textos y profesor de Morfosintaxis en la Universidad Católica Andrés Bello – Venezuela
Usar las nuevas tecnologías
Cuando hablamos de «nuevas tecnologías», sin contar las ya conocidas (computadoras, Internet, motores de búsqueda como Altavista, Google, etc.) y las herramientas de lingüística de corpus, aparece una familia de herramientas computacionales que deben ser consideradas por el traductor: las TAOs, o programas de traducción asistida por ordenador.
También llamadas «memorias de traducción», las TAOs no deben confundirse con los traductores automáticos (MT, del término usado en inglés para traducción por máquina).
Las memorias de traducción son bases de dados construidas por el traductor, donde se almacenan sus propias traducciones. Al traducir un nuevo texto, el programa sugerirá las mejores opciones, siempre basándose en trabajos anteriores.
El cliente internacional, principalmente de Europa, hoy en día no pregunta «si» uno sabe usar las TAOs, sólo cuál (o cuáles) herramienta(s) de traducción uno domina.
Y dominarla(s) principalmente significa entender cuánto nos ayudará(n) y cómo sacarle(s) el mejor provecho, sin comprometer la calidad de nuestro trabajo.
Ana Julia Perroti-García, traductora italiano > español > portugués <> inglés - Brasil
La actualización permanente, una ventaja competitiva
La velocidad con la que se producen los cambios es cada vez mayor, por lo que mucho se lee hoy en día sobre la necesidad que tenemos los traductores de estar actualizados para mantenernos vigentes y tener éxito en este mundo globalizado. Pero, ¿qué implica realmente estar actualizados?
Un traductor actualizado debería poder responder las siguientes preguntas:
- ¿Qué está ocurriendo a nivel académico en nuestras lenguas de origen y en nuestra lengua meta?
- ¿Qué cambios o avances tecnológicos están afectando directa o indirectamente nuestra profesión?
- ¿Qué está ocurriendo en la industria y en el mercado de la traducción?
- ¿Cuáles son las novedades en nuestra área de especialización?
Hay muchas herramientas disponibles para ayudarnos a responder las tres primeras preguntas. Las asociaciones profesionales son una excelente fuente de conocimientos y noticias; pertenecer a este tipo de grupos es indispensable, como también lo es seguir las discusiones que surgen en diferentes blogs y portales especializados. Participar activamente en conferencias u otro tipo de eventos sobre traducción, tanto a nivel local como internacional, es otra excelente manera de conocer las últimas novedades y ampliar nuestra red de contactos.
En cuanto al cuarto punto, la formación continua en la especialidad que hayamos escogido (en mi caso, ingeniería) no sólo representa un factor de diferenciación a la hora de fijar nuestras tarifas sino que también nos permite conocer potenciales clientes.
En síntesis, el traductor que invierte tiempo y dinero en estas actividades se mantiene actualizado y tiene una ventaja competitiva. Aprovechar esta ventaja depende de cada uno de nosotros.
Laureana Pavón, ingeniera y traductora inglés < > español – Uruguay
Trabajar en grupo y la importancia de las colaboraciones
¿Te gusta trabajar de a dos o en grupo? A mí, sí. Me gusta porque siempre aprendo mucho con el trabajo de los colegas.
Sé que a la mayoría de los colegas no le gusta y muchos hasta recusan hacer trabajos de este tipo. Ya he participado de charlas con colegas donde todos los presentes criticaban a todos los otros traductores y correctores del mundo, que no pasaban de unos incompetentes, aparentemente olvidándose que, en otro lugar, alguien podría estar diciendo lo mismo de ellos, porque nosotros somos los otros de los otros.
Desde luego que ya me he topado con traducciones mal hechas que me dieron mucho trabajo y mis traducciones también ya han sido revisadas por gente que no se merece la categoría de profesional. Sin embargo, jamás hubo un trabajo del cual no haya aprendido nada. No habría llegado al nivel que llegué si no hubiera hecho correcciones de textos y si los míos tampoco hubieran sido revisados por otros colegas. Soy consciente de que lo mucho que he aprendido hasta ahora ha sido poniendo atención a las mejores soluciones, a veces con problemas que me hubiera gustado solucionar hace años,; siempre me ha estimulado ver estos servicios como oportunidades más que como suplicios. No me arrepiento de nada de todo esto.
Danilo Nogueira, traductor inglés > portugués - Brasil
La autoevaluación y la planificación
Vamos al grano: la gente sabe de un traductor lo que lee y le evalúa por cada coma, por cada error ortotipográfico, por cada frase mal sonante. Las revisiones y los revisores sientan mal a la mayoría, pero son fundamentales para desarrollar la autocritica y hay que darles la máxima atención. Es un PRIVILEGIO ser revisado y conocer sus propios fallos, no un castigo.
La autocondescencia no tiene cabida en esta profesión de cara al resultado final. Tenemos que mantener siempre el máximo nivel de exigencia hacia nuestro trabajo. Errare humanum est, pero hay que crear herramientas para que eso sea la excepción, jamás la regla. El que se entrega al autoperdón constante y no asume una actitud de crecimiento profesional interna no puede progresar; hay que mirar de frente las debilidades y trabajarlas. Tenemos que determinar el origen de nuestros fallos en su razón más profunda: los errores habituales suelen tener una razón interna –y muchas veces emocional– que tiene que ser analizada y tratada con soluciones eficaces y efectivas para que el traductor avance hacia un nivel superior de desempeño.
Para muchos noctívagos, les perjudica no estar conectados por la mañana para contestar los correos y pierden trabajos: planificar el día para que la noche no represente la principal parte de la jornada de trabajo es un primer paso muy importante y una de muchas soluciones posibles. Pero tampoco podemos radicalizar esta actitud al punto de pensar que en una semana se puede corregir una costumbre de una vida porque eso sólo generará frustración: un cambio de este tipo tarda hasta tres meses en convertirse en algo natural y asumido.
Planificar nuestro trabajo implica también planificar nuestra vida personal; si este no es un día productivo, a lo mejor un paseo por la playa o un café con un amigo van a hacer más por nuestro trabajo que cuatro horas infértiles delante de un ordenador. Eso sí, la hora de revisar tiene que ser sagrada y sin distracciones – cerrar las redes sociales, el correo electrónico y planificar el trabajo para que ese momento ocurra en la hora del día en que la concentración está al máximo. Para terminar, actitud optimista de cara al trabajo y motivación son la clave de una vida profesional llena de éxitos. Pero eso daría otro artículo…
Elisabete Coutinho, traductora portugués < > español, inglés, francés, italiano, catalán > portugués – Portugal/España
La actitud profesional del traductor
La mayoría de los clientes que anhelan un traductor desea trabajar con un profesional.
Si bien hay millones de traductores titulados que se dicen profesionales, solo algunos de ellos son lo que un cliente denominaría 'un profesional'. ¿Por qué? Porque muy pocos traductores tienen una verdadera actitud profesional.
Y no crean que es cosa de mirarse al espejo y repetir: ¡Soy un profesional!
La actitud profesional emana del traductor para bien o para mal.
• Un profesional se conoce: sabe lo que quiere de la vida, está al tanto de sus fortalezas y debilidades y, sobretodo, sabe lo que vale.
• Un profesional es ético: no estafa, no desprestigia a sus colegas ni ridiculiza a sus clientes.
• Un profesional se preocupa por entregar trabajos de calidad: revisa sus trabajos siempre y no solo cuando alcanza, sabe cuáles son los estándares de calidad de su área, entiende cómo miden la calidad sus clientes, recibe de buen grado la retroalimentación y se capacita constantemente.
• Un profesional es un comunicador: conoce a las personas, es empático, sabe escuchar, tiene capacidad de comprensión y criterio, sabe negociar y comercializar, es atento, humano y entabla relaciones (¡los negocios vienen por añadidura!)
Una vez que ya desarrollaste las habilidades descritas, o al menos algunas, el trabajo consiste en poder comunicar con tu presencia, tu voz, tu forma de hablar, de escribir, de reír y de soñar: ¡Soy un profesional!
He ahí la cuestión: el verdadero profesional no necesita decirlo, lo emana.
Johanna Angulo, correctora de textos y traductora inglés, japonés > español - Chile
Los puntos mencionados son estos seis y las recomendaciones de estos experimentados colegas traen consigo la invitación para desarrollar estas habilidades en nuestro día a día y hacernos cada día mejores.